Por: Io T. Metogol
En el estadio de Maracaná se está celebrando la final del concurso mundial de progenitores.
El graderío está abarrotado con cerca de 200 mil personas, que gritan y aplauden al unísono. Llegó la hora de conocer a quienes llegaron a la final de sui géneris concurso.
El árbitro presenta a los finalistas:
“EL PRIMER FINALISTA ES:………. MARIANO ALMEIDA, con mil hijos en toda su vida. Mariano se acerca al podium con aspecto todo demacrado y pálido. Todo el público aplaude y le anima: “¡Bien, bien! ¡BRAVO!”,
Continúa el árbitro:
“EL SEGUNDO FINALISTA ES:…….. PATRICIO DOS SANTOS, con dos mil hijos en toda su vida. Igualmente, Patricio se acerca al podium, con un aspecto todo chupado que parece calavera. El público grita eufórico: ¡BRAVO, BRAVO! ¡VIVA!
Continúa el árbitro, notoriamente nervioso:
“EL TERCERO Y ÚLTIMO FINALISTA ES:…….. ROBERTO "EL GARAÑON" MINEIRO, en ese momento todo el público ahí reunido, hierve y bulle desgañitado, de tal forma que ya no dejan terminar al árbitro, y al unísono grita: “PAPI, PAPI, PAPI”
En el estadio de Maracaná se está celebrando la final del concurso mundial de progenitores.
El graderío está abarrotado con cerca de 200 mil personas, que gritan y aplauden al unísono. Llegó la hora de conocer a quienes llegaron a la final de sui géneris concurso.
El árbitro presenta a los finalistas:
“EL PRIMER FINALISTA ES:………. MARIANO ALMEIDA, con mil hijos en toda su vida. Mariano se acerca al podium con aspecto todo demacrado y pálido. Todo el público aplaude y le anima: “¡Bien, bien! ¡BRAVO!”,
Continúa el árbitro:
“EL SEGUNDO FINALISTA ES:…….. PATRICIO DOS SANTOS, con dos mil hijos en toda su vida. Igualmente, Patricio se acerca al podium, con un aspecto todo chupado que parece calavera. El público grita eufórico: ¡BRAVO, BRAVO! ¡VIVA!
Continúa el árbitro, notoriamente nervioso:
“EL TERCERO Y ÚLTIMO FINALISTA ES:…….. ROBERTO "EL GARAÑON" MINEIRO, en ese momento todo el público ahí reunido, hierve y bulle desgañitado, de tal forma que ya no dejan terminar al árbitro, y al unísono grita: “PAPI, PAPI, PAPI”
En ese momento se acerca, ayudado por dos personas, un hombre que casi va arrastrando los pies, chupado, demacrado, con la piel apenas cubriéndole los huesos, es: ¡ROBERTO!
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