Autor: Doctor Cido de la Espada
Sucedió en un pueblo de la sierra oaxaqueña:
Una pareja de campesinos autóctonos va al ginecólogo.
Habla el marido y dice:
-- «Ire doitor, es que tenemos un problema: mi mujer y yo queremos tener condescendencia y pus no se puede, pero no sabemos si es porque soy omnipotente o mi mujer es histérica. Antes juimos con otro doitor y nos dijo que mi mujer tenía la vajilla rota y la emperatriz subida y como además la operaron de la basílica balear, no sabemos si esto puede injluir. También a mi hace dos años me operaron de la protesta y a lo mejor me ha dejado escuelas en el cuerpo. Nos recomendaron ir a un medico de Veracruz y nos dijo que no veía nada raro y nos recomendó que hiciéramos el cojito. Entonces, quince días ella y quince días yo, estuvimos haciendo el cojito, pero nada. Yo le digo a mi vieja que esto estaba raro pues en cuento entramos en la consulta había allí dos ordenadores conestados y una antena paranoica. Nos golvimos para aquí y otro doitorcito nos dijo que lo único era que hicieramos vida maritima y nos juimos de Tampico a Puerto Progreso, en todas playas del Golfo...hacíamos vida marítima pero nada. Además mi mujer hace algunos años tuvo un alboroto y le nació un feretro muerto y a los mejor eso ha injluido. Pero yo creo que mi mujer es frigorífica porque nunca llega al organo».
Después de escuchar al marido, el ginecólogo contesta:
-- “ME PARECE QUE LO QUE USTED TIENE SEÑOR, ES UN PROBLEMA DE ESPECULACIÓN PRECOZ”.
Julio de 2003
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