Después de un efusivo saludo, aquel le dice a este, oye Pepín:--"Que tengo que ir a la ciudad para sacarme un retrato para mi credencial de la comunidad, sabéis tú en donde se retrata uno."".
Contesta Pepín:--"Hombre, que bueno que por fin te decidiste. Mira, a una cuadra del mercado hay un negocio en donde te retratan."
Caralampio:--"Hombre, muchas gracias, a mi regreso te busco para echarnos unos chatos de manzanilla."
Caralampio llega por fin a la ciudad y presto se dirige a buscar el lugar que le recomendó Pepín. Va caminando por la calle, se atolondra un poco con el ajetreo de la ciudad, y en eso mira un local que dice: «RETRETES - 5 Centavos la sentada». Exclama: ¡Ah, aquí debe ser!
Apenas entra Caralampio, lo recibe un joven y le espeta a boca jarro: --"Ponga el dinero en la charola y vaya por aquel pasillo, señalándole un largo pasillo a donde dan muchas puertas, ahorita están casi todos vacios"
Caralampio entra y se dirige a la cuarta puerta, recordando que su número preferido es el 4, abre y efectivamente ve un retrete (aparato que en su pueblito ni se conocen). Ve lo ovalado de la tasa, se agacha y coloca su cara enmarcándola en la tasa y se dice a sí mismo: "Si, esta es de mi tamaño, exactamente lo que necesito".
Entonces se arrodilla y pone su cara bien centrada y jala la cadena que cuelga del tanque alto. ¡COÑO! Grita con un dejo de enojo, ¡QUE NO SALE! Vuelve a ejecutar la misma acción, y otra, y otra, hasta que mucho muy enojado grita: --"¡COÑO, JODER, ME CAGO EN LA SOPA, QUE ESTO NO SALE! En eso, pasa frente a su puerta un fulano, quien escucha el grito de enojo de Caralampio, se acerca a la puerta, le da unos toquecitos y dice:--"Oiga, si no sale, puje pendejo"
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