lunes, 1 de noviembre de 2010

10.- Dos españoles paseando por la campiña mexicana.

Por: Helgüehrco Cahtohtas
 

Venancio (Nancio) y Francisco (Pacorro), dos buenos amigos, naturales de un pequeño pueble de la costa de Galicia, y que emigraron a México ya hace varios años.  Los dos se dedicaron al negocio de abarrotes en lugares difrentes, Nancio en Tepescueloyo El Chico, estado de Guanajuato, y Pacorro en Chupandiro, estado de Michoacán.

 

Nancio y Pacorro son casi de la misma edad, un año de diferencia, mayor el primero, como quien dice: son amigos de toda la vida.  Emigraron a México ya entrados en cuarenta, y aquí les ha sonreído la fortuna a ambos.  Ahora, veinticinco años después, con hijos ya rayando los veinte –ambos se casaron con mujeres mexicanas, nativas de los pueblos donde radican, y todos sus hijos: cuatro de Nancio y cinco de Pacorro, nacieron también en los pueblos citados.

 

Desde que cada uno organizó su vida y se estabilizó, acordaron juntarse anualmente durante un mes, de preferencia en febrero o marzo, alternadamente en cada pueblo de su residencia.  Escogieron dichos meses por considerar que era la mejor época del año en cuanto a condiciones climáticas.

 

En una da tantas reuniones anuales, si mal no recurso en marzo de 1995, mes y año en que le toco a Nancio recibir a Pacorro, se animaron ambos para ir a dar un pasea a caballo por la campiña de esa región de Guanajuato.  Tenía Nancio unos bellos caballos, raza Azteca, nobles cuadrúpedos dignos de todas las alabanzas.  Los acompañaba José, empleado de todas las confianzas de Nancio.

 

Así las cosas, tomaron camino, iban admirando el panorama y respirando aire puro de esa maravillosa campiña.  En la plática multitemática que sostenían ambos amigos, salió a colación el tema de la reencarnación.  José, intrigado, le preguntó a Nancio:--"Patrón, ¿qué es eso de la reencarnación?

 

Nancio se quedó un rato callado, después respiró profundo y contestó;

 

--"Mira Pepe, para que le entiendas fácilmente te voy a poner un ejemplo, pero primero dime: ¿tus padres viven?

 

--"No patrón, mis mayores ya murieron todos"

 

--"Entonces, por ejemplo, ¿ves aquel buey que está allá?

 

--"¿Aquel que está sobre la loma? Si, si lo veo.

 

--"Bueno pues ese puede ser tu abuelo"

 

--"Ay patrón, no me diga, yo mejor no digo nada y me bajo de esta yegua."

 

--"Vamos Pepe, es solamente un ejemplo.  ¿Ves aquel borrego?  Pues podría ser tu tío."

 

--"Ay patrón, mejor no hablo, mejor me bajo y me voy."

 

--"Vamos, vamos. ¿Ves aquel burro que está detrás del Jagüey?  Pues bien pude ser tu padre."

 

--"Ay patrón, mejor me bajo y me voy."

 

--"Nada, nada Pepe.  ¿Ves aquella vaca que está bajo aquel árbol?  Pues muy bien podría ser tu

madre.


--"No patrón, mejor ya me bajo y me voy"

 

--"Coño Pepe, pues ¿qué pasa contigo, por qué insistes tanto en bajarte de la yegua e irte."

 

--"Ay patrón, porque me da pena ya que a la mejor voy montado en su chingada madre"

Así es que Pepe se bajo de la yegua, se fue y el paseo terminó."

 



No hay comentarios: