domingo, 8 de enero de 2012

¡A que los monterreyenos, perdón, regiomontanos!

 

Por: Iosoi Kodomontano

 

Pasó en Monterrey la última Navidad


Cipriano Garza Treviño Villarreal llama desde Monterrey a su hijo Viviano que emigró a Nueva York, y le dice: - ¡Lamento arruinarte el día mijo!!!, pero tengo que informarte que tu madre y yo nos estamos divorciando, treinta y cinco años de sufrimiento fueron suficientes.


Grita el hijo: - ¡Pero Apá!!, ¿de qué estás hablando? ¡Y justo antes de Navidad...!

El papá le dice: - No podemos soportar seguir viéndonos. Ya estamos hasta la madre el uno del otro..., y estoy cansado de tu Amá, así que es mejor que tú llames a tu hermana María en Chicago y a tu hermano David en Houston pá que les cuentes.                        

 

- E inmediatamente corta la llamada.


Desesperado, Viviano llama primero a su hermana quien explota en el teléfono: - ¿CÓMO GUEY? ¿Cómo que se están divorciando? Se han vuelto locos esos viejos tontos... ¡Yo me voy a hacer cargo del asunto...los voy a detener...!


Inmediatamente la hija llama a David a Houston y le explica la situación, y luego a su padre a Monterrey y le dice: - ¡Ustedes NO se divorcian!... ¡SE LA BAÑAN, QUE OSO WUEY...!!, ¿me entendiste? NO hagan nada hasta que yo llegue.  Acabo de llamar a mis hermanos y vamos los tres con ustedes. ¡Hasta entonces no hagan nada!!!...¿ESCUCHASTE BIEN?


El padre deja el teléfono, mira a su esposa y le dice: - Salió muy bien Vieja, todo salió perfecto... Los tres vienen para la Navidad, no gastamos en llamadas y se pagan ellos mismos los pasajes, ¡ajúaaa!.....

 

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